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Marzo 2014

EL SOLDADO DE INVIERNO

Espectacular es la palabra que define a Capitán América: El soldado de invierno, superando cualquier expectativa. De hecho, ya la primera parte era la mejor obra de un personaje de Marvel en solitario (si hablásemos de equipo el filme elegido sería X Men: First Class), donde el estilo era más reposado ya que había que introducir al héroe, tarea complicada porque resumir décadas de tebeos en sólo dos horas, siendo fiel al espíritu, adaptándolo a la gran pantalla de modo competente, y satisfaciendo a los fans más puristas, es una difícil combinación.

La primera parte nos iba introduciendo al Capitán América, su origen, su humanidad.... logrando combinar vulnerabilidad con un gran poder, ver la sangre y sudor que acaban cubriendo el traje. El resultado final era sobresaliente sobre todo teniendo en cuenta que este personaje, a pesar de su importancia y ser de los más antiguos de Marvel Comics, no es precisamente de los más atrayentes. Su personalidad es la de un boy scout, buenazo, bonachón, tirando a simplón, amante de la tarta de manzana, de las barras y estrellas y arquetipo del espíritu ideal de los Estados Unidos (de lo que debería ser más bien). 

Una gran dirección junto con buena historia lograban sacarle el máximo partido, todo lo contrario que con los filmes de Lobezno, que fueron un despropósito. Con esta nueva entrega damos un salto en todos los niveles: una vez presentado el origen del personaje se puede dedicar más tiempo de metraje a la trama y la acción. La historia se sitúa en el presente (la anterior entrega era durante la II Guerra Mundial) y el guión nos refleja temas importantes: un futuro orwelliano donde el gobierno puede controlar todos tus pasos, una población que por miedo está dispuesta a sacrificar su libertad a cambio de seguridad, un Estado represivo y un Capitán América dispuesto a enfrentarse a las instituciones para defender la supuesta libertad que estas deberían proteger. 

Un guión maduro, con una trama de conspiraciones, dobleces y secretos que envuelve al espectador y le atrapa por completo, todo regado por unas escenas de acción increíbles como nunca he visto. No sólo se ha avanzado en la tecnología hasta el punto de integrarse por completo en la pantalla, sino que además la coreografía de la acción ha alcanzado un nivel de perfección casi absoluto.

Cuando uno pensaba que ya no podía sorprenderse más, aparece algo como soldado de invierno que te deja con la boca abierta. Desde los tiroteos y explosiones hasta las peleas mano a mano resultan de una belleza brutal.

 

Los directores y hermanos, Antohny y Joe Russo, no han hecho nada destacado hasta la fecha pero visto lo que han conseguido en esta ocasión merece la pena seguirles la pista. El guión tiene cierta inspiración en el trabajo de Ed Brubaker, guionista de cómic en boga, tramposo y tremendamente sobrevalorado para mi gusto. Brubaker intenta dar un toque de género negro al cómic de superhéroes pero sus esfuerzos se centran simplemente en retorcer la historia más que en desarrollar la misma o dar personalidad a sus protagonistas. A pesar de todo parece que en esta ocasión sí que se ha sabido encontrar la chispa de ingenio que le faltaba a Brubaker. En definitiva decir que El soldado de invierno muestra hasta qué punto se puede alcanzar la excelencia cuando los efectos especiales acompañan un buen guión y dirección.Algunas nuevas adiciones al reparto son Robert Redford o George St Pierre, destacada estrella de la UFC (empresa promotora de artes marciales mixtas) cuyos luchadores empiezan cada vez más a prodigarse en el cine.

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