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Octubre 2014

HORNS

Horns es un cuento tan siniestro como realista, más maduro, dirigido exclusivamente a adultos y alejado de la estética gótica y suavizada de artistas como Tim Burton. El filme arranca con la muerte de la novia del protagonista, Ig Perrish, (encarnado por Daniel Radcliffe). Éste es acusado del crimen y en plena crisis, tras renunciar a Dios, le empiezan a crecer unos cuernos. A partir de ese momento todo el que entra en contacto con él, no puede evitar vomitar todo el mal, miedos e inseguridades que alberga.

El estilo recuerda a Un día de furia, con la diferencia que aquí no es el protagonista quien pierde el control sino todos los demás a su alrededor.  Ésta, junto con otras habilidades, permitirán al "héroe" investigar sobre la muerte de su novia, al mismo tiempo que va descubriendo la verdadera naturaleza de su familia, amigos y vecinos. Aunque con tintes sobrenaturales, ya desde el principio se ve claro que los cuernos, al igual que el lobo de caperucita roja, la puerta que guardaba el secreto de Barba azul, o la casa de caramelo que tentaba a Hansel y Gretel, no es más que un símbolo o artificio para llevarnos a su terreno. La mayoría de fábulas eran avisos y ejercicios preparatorios, de todo menos amables, para orientar a los jóvenes, sobre un mundo terrible al que tendrían que enfrentarse.

Una película de tales características es obvio que debía estar formada por un equipo cuanto menos curioso, como el mencionado Radcliffe (famoso por la saga de Harry Potter) y que, gracias a este tipo de papeles, se está labrando una interesante y prometedora carrera, más allá del mundillo mainstream. RadCliffe demuestra ser un actor muy competente, logrando llevar casi todo el peso de la película en sus espaldas, al igual que su personaje, que se asemeja a un moderno Atlas/Mefistófeles, cargando con las faltas de todos los que salen a su paso. Ya que ése fue el verdadero papel del diablo, obligar a la gente a mirarse al espejo y hacer frente a sus pecados, aunque eso requiriera muchas veces ser culpado injustamente de estos mismos. 

“La gente siempre dice que uno debe hacer lo correcto, pero a veces no hay nada correcto. Y entonces..... es cuando tienes que elegir el pecado con el que puedas vivir”. Ig Perrish

En la dirección está Alexandre Aja, director francés bastante competente, que dio el salto a Hollywood con el género de terror (guionista de la nueva versión sobre el clásico ochentero Maniac, o director de otro remake como Las Colinas tienen ojos). El filme está basado en una historia de Joe Hill, hijo de Stephen King, que quiso salir adelante sin el apellido de su padre, para el momento en que se empezó a descubrir la relación con su famoso progenitor ya había demostrado su talento con creces. De Joe Hill recomiendo el cómic La capa, que guarda bastantes paralelismos con el filme que nos ocupa.

El resultado final es un interesante y reflexivo thriller, cuya fuerza no se basa tanto en su correcta dirección o efectos especiales, sino en unos diálogos y personajes que atrapan desde un primer momento. Una muestra del doble filo, de la felicidad y el dolor, que supone el amor, la amistad o la familia, y todo aquello que muchas veces damos por hecho. Horns es un recordatorio para adultos que no son tales, sólo lo pretenden, porque nunca han dejado de ser niños asustados, escondidos tras múltiples paredes de mentiras, en una sociedad que nunca les enseñó a crecer, sólo a simular hacerlo. Un relato cuya belleza radica precisamente en su crudeza y sinceridad.

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