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Diciembre 2016

EL MUNDO DE AYER

Stefan Zweig (1881-1942) nos muestra con una increíble memoria El Mundo de ayer, leer esta autobiografía supone dar un paseo por la cultura y conocer de su mano a los más grandes artistas. El lector se siente como un acompañante invisible en su hombro, trasladado a otros países, hasta tal punto de sentirse desbordado por el cúmulo de sensaciones y borracho de conocimiento. Gracias a él, uno puede viajar a través del tiempo y conocer un mundo anterior.

Analizando su figura se puede ver en él a un hombre cosmopolita, con amor a todos los países con sus diferentes culturas y un deseo de unirlos a todos, alguien bondadoso y un gran escritor. Sin embargo evitaba la política, un grave error que le hacía pecar de ingenuo y cegado por la belleza del arte, no vio la brutalidad del ser humano hasta que fue demasiado tarde. En las dos guerras mundiales tuvo esperanza, hasta el último momento, de que se evitarían tales acontecimientos. Sin duda era un hombre con una sensibilidad fuera de lo normal, la cual acabó destrozada por unas guerras que minaron su espíritu. Las teorías de Freud, sobre que el hombre posee un instinto salvaje se ven confirmadas. De esta manera no es de extrañar que acabara suicidándose en Brasil. Su libro es la muestra de alguien agonizante, consumido por sucesos que le superan.

Zweig escribe de manera prodigiosa,  con una gran calidad literaria. Sólo se le puede reprochar el dejarse llevar por los recuerdos, le falta capacidad para ordenar ideas, salta en ocasiones de un tiempo a otro y en vez de concentrarse en hablar sobre unos pocos intenta describir todos los artistas que conoció, mareando al lector con un exceso de información.

Como curiosidad comentar, y también recomendar, una estupenda película: El Gran Hotel Budapest, dirigida por Wes Anderson, que en forma de comedia, e inspirada en los escritos de Zweig, es el perfecto homenaje a él. Recoge fielmente su espíritu mostrando, a través de los recuerdos de un botones, tiempos mejores y personajes tan complejos como entrañables, como el protagonista encarnado por Ralph Fiennes.

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