Julio 2019
EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES
Esta película redefinió el género de zombies, fue la primera donde el ansía de estos no era por la carne humana sino de cerebros. Además podían correr, mantener parte de su inteligencia y recuerdos e incluso hablar. Se trata de una de las joyas del cine ochentero, una de las décadas más prolíficas para el cine fantástico. El director fue Dan O`Bannon, guionista de numerosas obras del género (Alien, Fuerza Vital Muertos y enterrados, Desafío Total).
Aun siendo de serie B, cuenta con una excelente producción: unos efectos especiales bastante trabajados (completamente artesanales), una cuidada fotografía y una banda sonora de punk rock muy recomendable. Los actores son todos típicos secundarios, caras conocidas pero fuera del circuito mainstream, que realizan un magnífico trabajo transmitiendo su pánico en todo momento. Respecto a la historia, O`Bannon (que también se ocupó del guion) supo darle un ritmo adecuado, donde uno siente la tensión incluso desde el principio.
A diferencia de títulos modernos (Amanecer de los muertos, Guerra Mundial Z), donde el hecho de que los zombies puedan correr ha ayudado a crear escenas vertiginosas de acción, aquí todo se concentra en una atmósfera de angustia que envuelve y paraliza al espectador.
Tuvo varias secuelas, de las cuales las únicas que merecen mencionarse son la segunda y la tercera. En 1988 La divertida noche de los zombies mantenía un mínimo de calidad, pero perdía parte de la esencia de la original por introducir elementos típicos del cine de aventura: la parejita, el niño que se mete en apuros, el secundario cómico…. En 1993 Brian Yuzna, director famoso por su gore, tomó el relevo con Mortal Zombie, creando un producto decente, pero donde el bajón de calidad respecto a la original del 85 era cada vez más evidente.