Diciembre 2016
WES CRAVEN
Ilustración por Nathan Thomas Milliner
Wes Craven (1939-2015) pasó su infancia privado de televisión, debido a que fue criado en un ambiente baptista fundamentalista, donde el cine era considerado el demonio. Su entretenimiento era devorar libros, por ello no es extraño que mucha de su inspiración le provenga de esta fuente o bien de artículos de periódico. Ejemplo de ello es La serpiente y el arco iris, donde estudió el caso de personas enterradas vivas y mantenidas en un estado cercano a la muerte por medio de drogas. También destacar Las colinas tienen ojos, basada en la historia real de una familia escocesa del siglo XVII, que tendía emboscadas a los viajeros para posteriormente comerse a sus víctimas.
Su mayor fuerza y, al mismo tiempo, mayor debilidad ha sido su propio nombre, que le ha dado poder para ser el productor, director y guionista de multitud de películas pero casi siempre dentro del género de terror. En realidad él siempre deseó meterse en otro tipo de obras, como el drama que dirigió, Música del corazón, con Meryl Streep en 1999. Víctima de su propio éxito, ya que el personaje que creó, Freddy Krueger, se convirtió en un icono del terror. Su look de sombrero raído, jersey a rayas y guantes con cuchillas, es reconocido en todo el mundo por varias generaciones.
Más profundo de lo que se pudiera pensar, este ser mostraba una especie de reino de los sueños donde los jóvenes eran asesinados por sus más profundos miedos o deseos. Una fuerza cuya misión era destruir la inocencia, un asesino cuya muerte le hizo eterno para pesadilla de los habitantes de la mítica "Elm Street". También contribuyó a su éxito el excelente trabajo de Robert Englund, que interpretó a Krueger, tanto en la original como en las numerosas secuelas, convirtiéndose así en toda una referencia para los fans del género.
Uno no puede evitar pensar en este director sin relacionarlo inmediatamente con Pesadilla en Elm Street, pero sus comienzos tuvieron que ver con un terror mucho más realista: La última casa a la izquierda, uno de sus primeros filmes, donde unos delincuentes secuestran a un par de chicas, le supuso la repudia en los Estados Unidos debido a su crudeza. Se puede observar un curioso contraste entre el cariño de los padres (que esperan pacientes en casa, preparando amorosamente un pastel para el cumpleaños de su hija) y el desprecio y sadismo de los criminales. Con todo esto se pretende transmitir que nadie está a salvo del horror, que puede sorprendernos en cualquier lado. Este tipo de rechazo no es nada extraño, ya que obras maestras de otros directores (un ejemplo sería Scarface, el precio del poder) fueron tildadas de basura. Y todo por mostrar una violencia que al fin y al cabo forma parte de nosotros mismos, en una sociedad empeñada en negar el lado oscuro que nos rodea.
También tuvo sus batacazos como Amiga Mortal, una película rodada en una época de crisis para el director. En La cosa del pantano contó con un presupuesto muy ajustado y bajo condiciones de rodaje infernales. Y con Un vampiro en Brooklyn el deseo de los productores de ver a Eddie Murphy en su habitual tono cómico chocó con el del propio actor que quería interpretar a un personaje oscuro. El resultado fue una película que intentaba conjugar tonos de terror y comedia, pero no consiguió transmitir ninguna de los dos, resultando un completo desastre. Su gran éxito comercial lo obtuvo con la saga de Scream, que juega con los tópicos de las películas de "Serial Killers". Sin llegar a ser una maravilla resulta un producto bastante entretenido. Recuerda a las películas de palomitas y autocine, aunque con mejor manufactura.
Wes Craven, un hombre con muchas ideas en la cabeza que unas veces dieron buen fruto y otras no tanto, pero que sin duda realizó una importante aportación al cine en general y al género fantástico en particular. Un director que siempre disfrutó llevando al espectador a los límites del miedo y de la locura, consiguiendo liberarle de ambos, con el cine como medio de escape.